Realidad.

Me alimento a base de cafés. La cafeína se adentra en la sangre, llega al cerebro y evita dormir. Si no duermes no sueñas, y no soñar evita que duela más de lo que ya lo hace. La realidad es esa puñalada por la espalda que cada día se clava más honda, contra la que a veces no sabes como luchar, como reaccionar.

Sigo buscando respuestas, a pesar de que sé que nunca las encontraré. Lo más complicado de todo es reunir las fuerzas necesarias para enfrentarte de cara a ella. Encontrar el valor. Ir de frente, y personas que sean capaces de hacerlo, escasean.