miércoles, 30 de septiembre de 2015

Como la vida.




Todos somos conscientes de que cada uno de nuestros actos tiene consecuencias. Por cada acción hay una reacción. Cada decisión que tomamos cambia nuestras vidas. Las lleva por un camino o por otro diferente. Lo que no somos capaces de imaginar es la clase de consecuencias que tienen nuestras decisiones. Necesitaríamos una capacidad de adivinación que nadie posee. A veces, pensamos que somos capaces de controlar esas consecuencias. Y por eso nos arriesgamos a tomar decisiones que sabemos que llevan implícitas un peligro. Cada acción tiene su reacción, cada acto su consecuencia, pero esta siempre es imprevisible. Como la vida.

[ Texto del libro "Apaches" de Miguel Sáez Corral ]

lunes, 28 de septiembre de 2015

Todo puede cambiar.



Todo pasa por algo. Cada vez lo tengo más claro. 
Cuando ponemos toda nuestra ilusión, nuestro tiempo, nuestras ganas y nuestras fuerzas en algo, o alguien, y nos esforzamos una y otra ves, olvidándonos hasta de nosotros mismos y el resultado no es el que esperábamos, nos hundimos. 
Damos miles de vueltas buscando respuestas o tratando de encontrar justificaciones absurdas para responder las dudas que nos surgen, los porqués. Tratamos de encontrar un punto en el que hayamos podido fallar. 
El principal error es nuestro. Estamos acostumbrados a ver solamente el lado negativo, pero si cambiamos el punto de vista desde el que analizamos lo que nos sucede, puede que nos demos cuenta de que si algo no ha terminado siendo como imaginábamos, quizás sea porque debíamos de ver más allá de esa única opción que nos planteábamos.
Y entonces algo sucede. Es complicado de explicar, pero si cambiamos el punto de vista y algo no termina como pensábamos, no sentimos una derrota más a nuestras espaldas. 
Todo puede cambiar si nosotros mismos queremos.