jueves, 29 de septiembre de 2011

Quizás mañana.

Soy de ese tipo de personas, que tiene mil y un consejos para el resto, que sabe que decirles para sacarles una sonrisa, y que después... Después no se aplicarme a mi misma ni uno solo de todos esos consejos, ni si quiera la más mínima de todas esas palabras, motivaciones o empujones que al resto le sirven para coger fuerzas y reiniciar. Soy de ese tipo de personas que entre sus principios siempre ha estado y está, el de no cambiar por nadie... y el de no ir detrás de nadie. Y sin embargo aquí estoy, rota por dentro... pero no importa, la principal culpa es mía. Mañana es viernes, quizás sea un buen día para hacer borrón y cuenta nueva.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Burbujas.

Que sencillo es coger todo tu mundo, todo lo que te rodea y encerrarte con ello en una burbuja. No ves, no sientes, no padeces... o esa es la cara que crees que das. La verdadera realidad, es que la burbuja es transparente, que todo el mundo ve lo que haces o dices... que cansa, que duele... Ojalá con un chasquido de dedos esa burbuja explotase. Te darías cuenta de tantas cosas...

sábado, 24 de septiembre de 2011

Muros.

Hasta el momento, nunca había entendido como podía existir esa clase de personas capaces de levantar un muro entre sus sentimientos y sus pensamientos. ¡Son proporcionalmente incontrolables! Pero creo que después de unas cuantas reflexiones improvisadas, con un par de frases acertadas en medio de la noche, me han dado la clave. He encontrado el secreto. Todo se basa en ser egoísta, en querer recibir y recibir y no dar nada. Es mucho más fácil, negarse a uno mismo lo que se siente, que enfrentarse a un posible rechazo. Cuando tu ego esta más arriba de las nubes eso puede crear cicatrices que nunca cerrarán, pero ya no solo eso, es más cómodo levantar ese muro, e ir llenando el vacío que te creas a ti mismo, con superficialidades que hoy están ahí pero mañana ni te acordarás, que aliarte en el bando de lo que sientes, hacerlo, implica compromiso, entrega, comerte el ego un cincuenta por ciento de las veces... escuchar lo que no quieres, dejar de lado ciertas libertades. Lo triste de todo esto, es que esa clase de personas no se dan cuenta del daño que pueden causar a su alrededor, pero sobre todo a sí mismos. Tarde o temprano, terminarán solas, rodeadas exclusivamente de muros y barreras que solamente ellas podrán derribar, enfrentándose a la realidad de que quizás, al otro lado, ya no haya nadie.



miércoles, 21 de septiembre de 2011

Autoengañarse.

Vemos lo que queremos ver, y creemos lo que queremos creer. Y funciona. Nos mentimos a nosotros mismos. Tanto, que con el tiempo nos creemos nuestras mentiras. Negamos tantas cosas, que ya no reconocemos la verdad delante de nuestras narices.  A veces la realidad entra a escondidas y nos muerde el culo... Y cuando el dique revienta, solo te queda nadar. El mundo de los engaños es una jaula. Solo podemos autoengañarnos un tiempo determinado. Nos cansamos. Tenemos miedo. Negarlo no cambia la realidad. Antes o después, tenemos que dejar de lado las negociaciones y enfrentarnos al mundo cara a cara, con todas nuestras armas. Cuando el dique revienta te espera un océano enorme, pero... ¿Cómo logras no ahogarte?




Grey's Anatomy.

martes, 20 de septiembre de 2011

Amor/Odio

Siempre me han enseñado que para cualquier tipo de objetivo que desees conseguir, el punto primordial para alcanzarlo, es empezar por los cimientos. Para que todo tipo de estructura sea capaz de soportar el paso del tiempo, es fundamental construir una buena base. Hasta aquí todo esta bastante claro, todo me lleva a pensar lo mismo. El problema ha llegado cuando   me he dado cuenta de que los dos sentimientos más contradictorios del universo se han instalado ahí, en esa parte que pertenece a ti... Sí, estoy hablando del odio/amor que se puede llegar a sentir hacia una persona que te ha dado tanto y te ha acabado quitando todo. Si la parte del amor, bueno a tanto no llega, quizás exagere, de la misma manera que sigo confiando exageradamente en todo aquello... dejémoslo en que, si la parte del cariño desapareciese todo sería infinitamente mucho más fácil. Dejarías de importarme. Pero aunque no lo parezca, y las apariencias hagan relucir que sigo apostando por aquello, que sigo en ese puto punto de masoquismo, realmente estoy poniendo el autocontrol en marcha, era más doloroso el dejarse llevar, no encontrar el punto de acción/reacción y creo que todo aquello se acabó. Que tu no volverás a dar motivos ni yo a buscarlos.







viernes, 16 de septiembre de 2011

milésimasdesegundo.

La vida dura dos milésimas de segundo

quizás tres, no lo sé, 

los números impares nunca me han caido bien... 

El caso es que... me he saturado de malgastar mis milésimas 

en asuntos que ni merecen la pena, ni se lo merecen.








Resaca.

Como disfraz, una copa en la mano y en la cabeza otras seis o siete que le sigan. Para desayunar resaca, de esa que te hace daño y solo permite que te acompañen pequeños pedazos de la noche anterior, el resto mejor que no vuelvan. Que tampoco vuelvan las palabras directamente proporcionales a todo el cariño que se ha desperdiciado por el camino. Dolor. Para el de cabeza, un hibuprofeno, o dos o tres... que te hagan perder el conocimiento. Hasta el borde del suicidio no... pero casi. Para el dolor del corazón... para ese aun no han conseguido descubrir la medicina adecuada. Cuando duele es porque le han arrancado un pedazo y se siente incompleto. Ambiente inundado de canciones que hablan de nosotros. ¿A ti te han pedido permiso para contar nuestra historia? A mi no me ha llamado nadie, ni siquiera tu. No importa, jugaremos al espejo, tiraré de alguna historia inventada, de la misma manera que harás tu, y aliviaré el dolor. Si no consigo el objetivo, siempre quedarán días y noches de sobra para volver a empezar. 










Mañana tendré resaca otra vez.



miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿A que no sabes donde he vuelto hoy?

Aunque en alguna ocasión, desarrollada durante un corto espacio de tiempo perdiese el norte, o aparentase perderlo, el objetivo nunca cambió. Nunca fue necesario que nadie viniese a decirme que detrás de esa fachada de acero, fría, inerte, inexpresiva... existía, y sigue existiendo, un espacio, donde puedes llegar a sonreír cada milésima de segundo por pequeña que sea, donde los abrazos envueltos en palabras te hacen sentirte realmente agusto. Son pocas las veces que eso ocurre, que allí sale el sol, y quizás, deba añadir que de esas pocas, la gran mayoría he tenido el privilegio de disfrutarlas. Cuando eso sucede todo se ve desde otra perspectiva, desde un punto de vista que te empuja a replantearte las cosas desde el más bajo de los cimientos, y piensas que es lo que realmente merece la pena, el arriesgar y que la respuesta pocas veces, por no decir ninguna, sea devolverte todo aquello, o dejar de arriesgas y perder todo aquello. Pero tampoco es necesario que nadie venga a decirme que hace demasiado tiempo que nada de eso no ocurre, ni que nadie me diga que no merece la pena empujar y empujar, que la puerta de acero seguirá sin abrirse, eso ya lo sé, soy totalmente consciente, llevo en el mismo maldito punto del camino durante demasiado tiempo. Pero de la misma manera, soy consciente, quizás más que nadie, y eso me lleva a dudar, de sus pequeños, por escasos gestos, de sus pocas palabras con las que dice tanto. Conozco plenamente la variedad de todos sus silencios, y no son pocos, la dependencia de cruzar fugaces palabras, de evitar encuentros y provocar miradas que cuenten más de todo lo que jamás ha sido capaz de salir por su boca. Silencios frente a mi, palabras a mis espaldas que llegan a tocar en ese justo punto que provoca escalofríos sin control. Sé hasta que punto es capaz de enfadarse y dejar que le domine el orgullo, sé que en esas ocasiones las palabras salen por su boca al mismo tiempo que le destrozan el corazón. Corazón del que conozco cada parte y no es necesario que nadie me hable, llegué a rozarlo con la yema de mis dedos... provoqué sonrisas que se volvieron recíprocas. Y no busquéis cualquier tipo de explicación mas allá de que hoy he amanecido echando de menos todos aquellos días de enganche mutuo, en los que la necesidad superó a la razón, todos aquellos días en los que... que más da, no hace falta que nadie venga a decirme que eso ya no sucederá.





martes, 13 de septiembre de 2011

Arma de doble filo.

Ha pasado otro día más, ¿y qué más da? todo sigue igual, al menos aparentemente, pero realmente han cambiado muchas cosas. Hubo un tiempo en el que dejé de mirar por mi, en el que la venda no era ni doble ni triple. La opacidad no solo me cegó, me separó del exterior y sobre todo de lo más importante de mi misma. Dejé de ser el centro de mi vida, me entregué más de lo merecido en algo que la mayor parte de las veces ha demostrado ser un arma de doble filo. Pero todo eso, solo forma parte del pasado. Permanecerá en el recuerdo pero no en el presente.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Del tipo que sea.

Que importa si es de amor, de amistad, o simplemente de conocidos, sea cual sea la relación que mantengas con una o varias personas, es necesario de vez en cuando dejar de tirar de la cuerda. Es la única manera fiable de comprobar quienes están ahí de verdad al otro lado, porque es justo ahí en ese momento en el que dejas de tirar, cuando puedes ver si ellos cogen las riendas de la relación. El resto, quienes no lo hacen, estaban ahí porque nos empeñamos en que estén y malgastamos el tiempo permaneciendo en etapas que no nos llevan a nada, mientras que dejamos que otras pasen de largo por delante de nuestros ojos sin inmutarnos, cegados por tirar de cuerdas en las que al otro extremo no hay nadie.



viernes, 9 de septiembre de 2011

Absurda dependencia.

Dije que no encendería el reproductor, que pulsaría el play en esa lista de canciones que me hiciesen pensar, y una vez más no lo cumplí. Y fue totalmente voluntario el estar allí, presente en el instante en que aquellas melodías me hicieron sentir en primera persona y lo peor de todo es que me hicieron pensar... al menos aquellas canciones seguramente estuviesen basadas en algún hecho real... y de la misma manera que algo se fortalecía, otra parte se rompía en un millón de infinitos pedazos. Todo esto es demasiado absurdo. Es como si empezases a andar por un camino que en un momento se separa en dos y un elevado tanto por cierto de ocasiones eliges la misma opción, a pesar de que eres totalmente consciente de que no te llevará a ninguna parte, de que un abismo se abrirá bajo tus pies y caerás en picado... pero ¿Qué mas da? Si eliges el lado contrario volverá a pasar lo mismo... Días, semanas, meses, sin nada... La cuestión del asunto es que de esta manera tampoco existe nada. Solamente la rabia que me persigue por dentro, esa absurda dependencia, esa absurda forma que tengo de insistir... pero estoy cansada. Creo esto empieza a diluirse... y no, no será una promesa más sin cumplir. Es algo necesario.







domingo, 4 de septiembre de 2011

Apuestas.

No es sencillo. El paso de los años nos hace acumular una serie de experiencias, y por lo general, el peso de los errores es el que más pesa en los primeros instantes. Por eso hoy día es tan complicado dar un paso a favor del otro, nos acomodamos y es mucho más sencillo dar pasos hacía atrás... es complicado. Nadie apuesta nada por nadie.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Tic Tac... Tic Tac...

Cambiaría mil y una broncas, mil y una discusiones, por esto... peor que cualquiera de esas dos cosas es tener cosas que decir, cosas de las que hablar, y no poder hacerlo por que la otra persona no está ahí, prefirió huir... borrarte de su vida.




















Que pase el tiempo rápido, que borre los recuerdos... o que al menos todo cambie.