domingo, 10 de octubre de 2010

Corazón de mimbre.

Quieto parao, no te arrimes, 
ya son demasiados abriles 
para tu amanecer desbocao, 
mejor que me olvides,
yo me quedo aquí a tender mi pena al sol
en la cuerda de tender desolación,
luego empezaré a coser tequieros en un papel
y a barrer el querer con los pelos de un pincel...








...decidió que ya estaba hasta las tetas de poetas de bragueta y revolcón, de trovadores de contenedor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario