domingo, 24 de marzo de 2013

Ella queriendo adelantar su salida y él, retrasando su marcha.

Se refugiaba tras la densa capa de nubes. Pensaba que de esa forma, nadie descubriría su capacidad de brillar. Lo que no sabía el sol, es que entre nube y nube, quedaban pequeños y transparentes resquicios por los que se podía observar su lado verdadero. Esos resquicios, eran los únicos culpables de que, a pesar de que ella saliese cada noche con su ejército de estrellas para protegerse, en el fondo, la luna estuviese dispuesta a compartir su tiempo. Algo, que tan solo ocurría algunas tardes dispersas, cuando ambos decidían permanecer juntos en las alturas. Ella queriendo adelantar su salida y él, retrasando su marcha. Atreviéndose mirarse a los ojos... sin miedos...

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