viernes, 15 de marzo de 2013

Con todo para ti. Y nada a mi lado.

Transformar un sentimiento en texto, tarea complicada. Se vuelve en imposible, cuando se desconoce totalmente que se siente. Por eso me atrae(s) tanto. Me habla de grises, y después solo me da blancos y negros. Me descoloca. De la misma forma, desde el primer día. Extremos opuestos. Enfrentados. Fases sin compensación. Ni equilibrio. Llegó tomándose la libertad de romper mis esquemas. Esos que llevaban establecidos el tiempo suficiente como para convertirse en ideales a los que aferrarme. A los que no soltarme jamás. Pero llegó sin esperarlo. Como un soplo de aire en una tarde de Agosto. No pude hacer nada para evitarlo. Tampoco quería. Y entonces pasó. Que del todo, pasó al nada. Y es verdad que nunca hubo un todo al 100%, y que quizás si hubo señales de un stop. Pero eran gritos silenciosos. Ahora dice que sabe que quiere. Y que además lo tiene. Pero no es lo que transmite a tiempo completo. Quizás sí, y sea yo quién no sea capaz de hacerse a la idea. Pero no puedo hacerme a la idea de algo que no tiene sentido.





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