lunes, 7 de junio de 2010

Un guiño a la vida.

Con sus palabras despertó sensaciones, alimentó sentimientos, rebuscó en el pasado... se burló de la luna y escapó de las ataduras... Los latidos de su corazón se aceleraban al compás que aumentaban sus ganas por alcanzar tan ansiada meta. Ahora todo era tan diferente... Cogidos de la mano decidieron saltar por el precipicio sin ni si quiera detenerse a echar una mirada bajo sus pies, ya no importaba si el cauce del río recorría las montañas sin la compañía del agua. A ellos no les hacía falta nada más que la efímera presencia del otro. Ahora es cuando hacían un guiño a la vida, formando la suya propia. Lejos quedaban los días de preocupaciones indebidas y lágrimas desperdiciadas.
-A ver si hago un hueco y nos vemos..., no tengo tiempo de nada..., - eran frases tan conocidas por ella, que al compararlas con los arañazos de quien decían ser amigos, que hicieron el corazón de él una maraña de remiendos, le parecieron simples cosquillas, todo era tan superficial... tanta hipocresía bañaba los días con sus fauces, que ya nada podría destruir sus escudos, reforzados con la complicidad de sus sábanas, fieles testigos de caricias furtivas y abrazos sinceros. Los días transcurrían al vaivén de sus sonrisas, con pequeñas píldoras que embriagaban el día con notas musicales, haciendo de cada segundo un momento mágico.

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