viernes, 4 de junio de 2010

Rabia contenida.

A veces ocurre que nos encontramos frente a situaciones en las que nada sale como debería. Todo se ha dado la vuelta. El caos es absoluto. El desorden completo. Son momentos de un presente enlazado al pasado por más enganches de los debidos. Acciones que repercuten en almas ya castigadas por el día a día de una vida no demasiado fácil. ¿Debemos ser los perdedores en historias en las que no hemos pedido participar? ¿Es justo que nos involucren en historias pasadas sin permiso? La espiral sigue evolucionando alimentándose de mentiras, rencor, envidias... envolviendo los momentos de pequeñas dosis de rabia que llegan a puntos descontrolando el presente.
Masticar la tensión es lo más sencillo en los minutos que bañan el futuro, escapar se vuelve demasiado antojadizo, irreal, imaginario... imposible. Y me dices que todo pasará, que es una transición, después de la tormenta llega la calma te escuché susurrarme, mientras desee que todo fuese una pesadilla, pero al abrir los ojos la realidad se tornó la más fiel imagen del sueño. Las vías de escape se cerraban una a una. Ningún cerrojo esta dispuesto a liberar la presión que ejerce sobre las ganas de gritar, desaparecer... de momento solo queda volver a cerrar los ojos. Dejar que el tiempo pase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario