miércoles, 5 de mayo de 2010

El tiempo no se pierde nunca, es tan simple como emplearlo en la mejor o en la peor opción y la elección nunca es sencilla. Sentí como me perdía en el camino que llevaba a la felicidad, ¡cuanta ingenuidad conocí! pero no era fácil salir, ahora sé, que no era esa la dirección que debía tomar. No fué tiempo perdido, simplemente mal empleado. Los cruces surgieron en el camino y una tarde entre batidos de chocolate, el reloj decidió que era el momento de pararse.
Los segundos dejaron de sumarse y las ideas se descolocaban, lo malo parecía hacerse más fuerte pero nada era ni tan si quiera una simple burla a la realidad.
Todas y cada una de las cosas en su sitio. Las sonrisas no han desaparecido, ni si quiera han empeorado, si no que ahora son diferentes, ¿no oyes esa melodía? dice algo así como: "reducir velocidad, no tengo ninguna prisa por llegar a ningún lugar, no sin antes preguntarme una vez más ¿que estarás haciendo hoy? dime solo que estás bien", y que no hay nada como ser uno mismo, estar con tu gente, los de siempre, los que pase lo que pase siempre están ahí, para lo bueno, lo malo y lo peor, que si un día te apetece hacerte un piercing ¡haztelo!, y tú, si quieres las estrellas, las cojo y te las bajo a tus pies, nos vamos preparando para un concierto y unas posibles vacaciones y es que ahora si que es cuando empieza lo mejor.

1 comentario:

  1. quien dice q bajas las estrellas a sus pies, dice a tu brazo.... XD tQ!!!

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