martes, 22 de febrero de 2011

No me sueltes.

Si hay algo de lo que esté completamente segura, es de que detrás de todas las pruebas que te planta la vida, hay un por qué. De que para todo, hay una razón. Y aunque a veces me pierda y en lugar de plantarle cara a esas pruebas, me deje ganar el pulso, todo eso es totalmente recíproco a la seguridad que me provoca el tener claro que las pruebas sirven sobre todo, para comprobar la transparencia de la realidad. Y he podido comprobar que tras problemas, distanciamientos, fallos, equivocaciones... si la base de la relación, no importa el tipo de relación que fuese, era verdadera, las pruebas, trampas, o pulsos que te planta la vida, se quedan reducidos al más insignificante punto. Y es que, no he podido sentirme totalmente identificada con estas palabras: "¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué estoy tan insegura? Yo antes no era así. Antes confiaba en la gente y en mi. ¿Qué me ha pasado?" ... creo que la misma respuesta sirve para todas las preguntas. Hemos crecido, y el crecer no solo implica cambios, sino también miedos, e inseguridades, porque el perder ahora algo o a alguien, no lleva consigo las mismas consecuencias que cuando eres un niño. En esos momentos la importancia que se le da a las cosas y a las personas que nos rodean es totalmente insignificante al compararla con la importancia que podemos darle ahora a cualquiera de esos temas. Y es que, cuando eres un niño, a la media hora has sustituido ese capricho, pero ahora no son caprichos, son realidades. Todo cambia, y si el camino que has ido recorriendo hasta llegar al punto en el que te arriesgas a perder, te ha ido plantando cara, te hace fuerte y débil a la vez... provoca inseguridad, miedo a perder, al vacío, a más dolor... y sin quererlo nos volvemos egoístas, no queremos que nadie vuelva a tocar esa parte de sensibilidad... y si lo hacen, la coraza se hace tan fuerte que en lugar de disfrutar, sufrimos. Es totalmente imposible que el crecer no este relacionado con ese dolor, dolor que a veces nosotros mismos nos provocamos, por no darnos la oportunidad de ser como queremos ser. 












PD: Esta entrada hoy va para ti. Porque cuando te necesito no tengo que llamarte, ya estás ahí. Porque sé que cada palabra la entenderás al pie de la letra. Porque para nosotras ya nada volverá a ser como antes, pero no me importa, Bob seguirá siendo siempre nuestro aliado. ¿Sobra decirte todo lo que te quiero no?

1 comentario:

  1. http://rincondecactus.blogspot.com/
    http://rincondecactus.blogspot.com/
    http://rincondecactus.blogspot.com/
    http://rincondecactus.blogspot.com/
    http://rincondecactus.blogspot.com/

    ResponderEliminar