viernes, 23 de octubre de 2015

Aprendí.

Aprendí qué quién no te busca, no te extraña.
Y que quién no te extraña, no te quiere.
Que quién te quiere te busca, piensa en ti y te lo demuestra.
Que hay que creer en hechos, no en palabras.
Aprendí que cuando las palabras fallan, la música habla.
Que no importa que tan fuerte seamos,
todos necesitamos en algún momento un abrazo.
Aprendí que la vida decide quién entra en tu vida,
pero tú decides quién se queda.
Que los amigos pueden contarse con los dedos de una mano.
Que grandes amigos pueden convertirse en grandes desconocidos. Y viceversa. Aprendí que una sonrisa tiene el poder de cambiar el mundo.
Que la verdad duele una sola vez, pero la mentira duele siempre.
Por eso, valora a quién te valora.
Y no trates con prioridad a quién te trata como opción.
Que ya se sabe, que quién te lastima, te hace fuerte.
Quién te critica, te hace importante. Quién te envidia, te hace valioso.
Y a veces, es divertido saber que,
aquellos que te desean lo peor, tienen que soportar que te ocurra lo mejor.



Y, sobre todo, aprendí qué,
en esta vida, no se trata de ser perfecto, sino de ser feliz.


(texto de internet)

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