domingo, 3 de febrero de 2013

como un torbellino

Llega y arrasa con todo. Me invade. Borra cualquier rastro de mis esquemas preestablecidos. Es como un torbellino que hace que la bipolaridad se instale en mi. Tan extraño y poco común que me saca de mis casillas. Y me engancha a la vez. Tanto, que cuando el reloj debería ir deprisa, va más lento que nunca y cuando debería pararse, va a la velocidad de la luz. Nada es real. Todo son meras conclusiones que provienen de un tiempo muerto. Un paréntesis que se llena de dudas y miedos. Quisiera no perder este tren. Que alguna señal me hiciese discernir un claro "vas por buen camino, ahora sube y no te bajes". Pero de momento solo hay brumas que me impiden distinguir cuales son las armas que debo emplear. Perder, no creo que pierda mucho, más bien nada, porqué aún no tengo nada. Pero ganar podría ganar bastante más de lo que estoy acostumbrada a obtener a cambio de poner de mi parte. Habrá que esperar. Pulsar el pause y tener eso, que llaman paciencia y yo llamo incertidumbre. Puede que la única forma de alcanzar esa seguridad y esa firmeza de no estar equivocándome, solo pueda conseguirla dejándome llevar por la suerte y arriesgándome a hacer caso a lo que, a cada momento sienta.



1 comentario:

  1. Muy bonito texto, me ha encantado. La verdad es que sí, lo mejor sería tener paciencia, pero es difícil tenerla, lo sé, te entiendo.
    Opino que debes hacer lo que tú creas que es lo mejor y lo correcto en cada momento, en cada decisión.
    Un beso, pásate porfis! ;)
    http://viviendoennuestrocuento.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar