jueves, 8 de diciembre de 2011

más de mí.

Cuando siga pasando el tiempo vendrán a decirme que si he cambiado, que dejé de ser la de siempre y será entonces cuando les diga que no, que sigo siendo la misma, pero que la persona de antes ahora mira por ella. Que me cansé de palabras sin hechos, de falsas sonrisas, de no puedos y ser la última de muchas listas, de concentrar mi energía en falsas ilusiones, sobre momentos que jamás llegarían a ser palpables.
Sigo siendo adicta al café, la que devora libros en dos días, la que no puede vivir sin música y adora los colores vivos. Mi casa y mi escuela siguen en el mismo sitio, la diferencia, es que hay quienes ya no va por allí ni por aquí, gente que si antes no me necesitaba, ahora parece ser que tampoco, y si lo hace no tengo el más mínimo rastro de ello.
Sigo odiando el frío y necesitando comer chocolate todos los días. Prefiero hablar y razonar con argumentos de peso, antes que una bronca con voces y demás elementos desagradables. La tonta enamoradiza que llora con películas, canciones o una novela entre sus manos... Me enervan quienes no saben mirar más allá de su ombligo y a quienes un abrazo no les hace más ilusión que un mero detalle material. Me ponen nerviosa las tarde de domingo, seguir sintiendo tu ausencia, saber que en el fondo no tan fondo mis teorías llevan a ese maldito punto en el que está la razón verdadera y que los recuerdos se vayan evaporando como el aroma de un buen café.
Cada día que pasa creo un poco menos en princesas prometidas y príncipes azules, he dejado de dar segundas, terceras, cuartas y hasta quintas oportunidades, ahora quienes están a mi lado no desaprovechan ni un segundo, los inviertes en darme cada día un poco más, en tardes empleadas en sonrisas, en planear como huir de esta estúpida y amarga vida, planes de todos, en los que todos somos uno... y aún recuerdo aquél día como si fuese ayer, de repente, improvisado, sin tiempo para nervios o negaciones estúpidas, y llegó la calma y la tranquilidad, que bajo el brazo traían un nuevo horizonte y sigo pensando en que quizás en otra vida, tú llegarás y me dirás que donde creo que voy, que no está en la lista de cosas permitidas que nuestros caminos se separen, que seguirás estando ahí... y abro los ojos y sigo enfrentándome al vertiginoso vacío.







































¿Ves? Sigo siendo la misma. La de siempre, la que relee lo que acaba de escribir y las lágrimas resbalan por su rostro. 



1 comentario:

  1. Dios, em has hecho llorar hasta mi!!!! QUIERO ESE OSO DE LA FOTOOOOO!!!! XD

    No debes mirar atrás. Las personas que importan estarán a tu lado y solo tendrás que girar la cabeza medio círculo, no el círculo entero. TeQ coza y contigo cada segundo son los mejores de una vida tan rutinaria :) teQQQQ

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