lunes, 9 de mayo de 2011

Nunca he tenido el corazón tan rojo.

Si me preguntas porqué, las razones me salen solas. Fue sin buscarlo y sin esperarlo, llegaste y parecía que estabas ahí desde siempre. Sabes escuchar y sin que te diga nada me entiendes. Haces que hasta lo más negro se vuelva blanco, eres consecuente con tus actos y aunque venimos de mundos completamente diferentes eres completamente transparente. A día de hoy, me confieso totalmente adicta a ti, enganchadísima. ¿Lo que más me gusta? Todo, pero sobre todo el poder hablar, razonar, el sabernos pedir perdón, no tener que controlar nada, dejarme llevar a tu lado, ha  sido lo mejor que he podido hacer en mucho tiempo.


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