Agobios, frustraciones, decepciones, impotencia, desilusión... sin duda han sido las palabras que más meses han marcado este 2011 que da los últimos coletazos. Golpes de los que uno tras otro me he levantado y de los que he recogido fuerzas para enfrentarme al siguiente y al siguiente. Cambios infinitos, impensables... Doce meses en los que todo ha dado un giro radical, de arriba abajo, pero que sin duda a pesar de todo lo negativo, me han dado una lección de vida.

Tenemos una mala costumbe, la de decir "año nuevo, vida nueva" ¿Porqué dejamos que las agujas de un reloj, o la hoja de un calendario nos marquen cuando empezar de cero? Sólo nosotros vamos a vivir nuestra vida, somos los únicos amos y señores de ella, y mi nueva vida empezó hace cuatro meses, cuando por fín abrí los ojos y me dí cuenta de que lo mejor del mundo es ser uno mismo.
Si opinas y no gusta, no importa, las personas que de verdad merecen la pena y te quieren van a seguir a tu lado. No pasa nada si das todo por alguien y no recibes ni la mitad, o incluso lo único que obtienes a cambio es distanciamiento, hay veces que es necesario dejar por el camino a quién no te haga sentir vivo y emplear esa energía en sonreír cada día nada más despertar, quién realmente te aprecie, va a venir solo a devolverte las sonrisas en cantidades industriales.
Por eso, gracias por tantas discusiones, malos días, lágrimas, decepciones y gente que ha decidido quedarse en el camino, habéis conseguido que este año haya sido más fuerte que nunca, y sobre todo, gracias a toda esa gente que habéis seguido a mi lado, de verdad, sin teatros, falsedades y demás, quiero un 2012 y muchos más a vuestro lado. A tod@s...