sábado, 24 de julio de 2010

Vuelta a casa.

Alguien me dijo una vez, que los mejores textos no surgen de grandes momentos de inspiración, si no que los mejores textos son fruto de escribir lo primero que se te pase por la cabeza, sin pensarlo, sin tener en cuenta la coherencia, el orden, la conexión... pero si ahora tuviese que plasmar mediante palabras lo que pasa por mi cabeza, seguramente, la sensación que provocase en quién dedique unos minutos de su vida a leer mis textos, sería, de rabia, decepción...
Por eso, prefiero mantener la mente fría, poco a poco ir centrándome en adentrarme de nuevo en la rutina... atrás quedan casi 800km, el calor sofocante, los días interminables en la playa, el no dormir, la increíble semana, con sorpresas incluidas, sonrisas tontas... pero una vez más es fin de semana, una vez más no estás, una vez más los caminos se separan, nuestros caminos, algo que cada vez vas formando parte más compacta de la rutina, está asumido, simplemente me queda decidir, darme cuenta si es de verdad lo que quiero, si puedo resistirlo...
La vuelta a la rutina siempre ha sido dura. Mucho por ordenar, mucho que plantearse, mucho que poner en su sitio. Organizar el trabajo. Organizar más a fondo que nunca los apuntes, ya queda poco, el día se va acercando... pero por el momento quedan días de piscina, de cañas, de Madrid, de no ir detrás de nadie, de ver todo con más claridad. El calor ya no es húmedo, es calor seco, sofocante... con sus sorpresas inesperadas, pero que ayudan a desplazar nubes que cubran cielos de verano. Por el momento una bañera llena de espuma me espera.

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