...que no quedaban demasiados espacios vacíos en la cama. Que no había alarmas y lo que me despertaba eran las cosquillas que tus dedos provocaban en mi ombligo. Sin embargo, cuando salió el sol, y abrí la puerta, no había ningún aroma a café recién hecho que inundase el pasillo. Tampoco nadie le había dado un mordisco a mi tostada. Ni si quiera estaba hecha, ni en la puerta de la nevera colgaba un papel que dijese "buenos días princesa". Los "te quiero", también se esfumaron con la noche. Ahora prefiero dormir. Al menos, en aquella realidad, aunque falsa, no se piensa.

La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
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