viernes, 9 de septiembre de 2011

Absurda dependencia.

Dije que no encendería el reproductor, que pulsaría el play en esa lista de canciones que me hiciesen pensar, y una vez más no lo cumplí. Y fue totalmente voluntario el estar allí, presente en el instante en que aquellas melodías me hicieron sentir en primera persona y lo peor de todo es que me hicieron pensar... al menos aquellas canciones seguramente estuviesen basadas en algún hecho real... y de la misma manera que algo se fortalecía, otra parte se rompía en un millón de infinitos pedazos. Todo esto es demasiado absurdo. Es como si empezases a andar por un camino que en un momento se separa en dos y un elevado tanto por cierto de ocasiones eliges la misma opción, a pesar de que eres totalmente consciente de que no te llevará a ninguna parte, de que un abismo se abrirá bajo tus pies y caerás en picado... pero ¿Qué mas da? Si eliges el lado contrario volverá a pasar lo mismo... Días, semanas, meses, sin nada... La cuestión del asunto es que de esta manera tampoco existe nada. Solamente la rabia que me persigue por dentro, esa absurda dependencia, esa absurda forma que tengo de insistir... pero estoy cansada. Creo esto empieza a diluirse... y no, no será una promesa más sin cumplir. Es algo necesario.







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