jueves, 30 de junio de 2011

Modas que no cambian.

Siempre he querido ser una princesa, pero de las que mantienen el equilibrio en un punto intermedio. Ni demasiado empalagosa, como en un cuento de rosas, ni tan esclava como cenicienta o blancanieves. Y no sé porqué, siempre ha ido todo más inclinado a la segunda parte... Siempre me he preguntado porqué las chicas malas siempre triunfan, cuando son ellos los que se quejan de que a nosotras quienes nos llaman la atención son los malotes. Y ahora creo que le estoy cogiendo el punto. Estoy empezando a entender que lo mejor que se puede hacer es despreocuparse totalmente de todo y portarse lo peor posible. Y cuando te convenga, absorver, absorver tanto a esa persona, que le robes la personalidad, de tal manera que de cara al resto se vuelva completamente un desconocido. No sé si es la mejor opción, aun tengo mis dudas, pero se ve que es lo que triunfa.

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