Interminable.

En la vida de todo el mundo siempre hay alguien que forma parte del pasado. Que por un motivo u otro nos hace recordarla por las cosas buenas, aunque hayan sido las malas las que rompiesen las reglas de que todo siguiese su curso. Y es que tenemos una extraña tendencia a ilusionarnos. Conocemos a alguien que se convierte en una pieza clave de nuestras vidas y ya pensamos que eso seguirá siendo así para el resto de nuestros días, y ahí es donde está el mayor de los errores, en pensar. Sin darnos cuenta planificamos como será el futuro y le marcamos un camino al como queremos que todo siga adelante. Pero es que cada historia toma un rumbo, su rumbo propio, y unas veces es como queremos o como nos gusta y otras no. Mi duda es si alguna vez os habéis parado a pensar en que pensará de vosotros esa persona, si pensará en ti, si se acordará, cuál será su punto de vista sobre lo que pasó o dejó de pasar, que opinión tendrá sobre ti en ese preciso instante... No debería permitir que mi cabeza dedicase ni una sola milésima de segundo a alguna de estas preguntas. Pero cuando esa persona te ha enseñado tantas cosas es inevitable, supongo que será cuestión de tiempo el seguir aprendiendo sin su presencia. Lo peor de todo, es conocer demasiado bien a esa persona, por que entonces es cuando sabrás ver entre las líneas de sus actos. Encontrarás detalles donde nadie ve nada, y tu cabeza entrará en un bucle de preguntas sin respuestas demasiado interminable.