Yo aprengo a sobrevivir, en el barrio de la ilusión. Y en la ciudad de las nubes, calle de mi imaginación. Yo aprendo a sobrevivir, encerrado en mi habitación. De la ciudad de las nubes, yo no me quiero marchar. Se me ha olvidado la manera de volar, y aquí que no pasa el tiempo, y el espacio se vuelve cada vez más pequeño.
La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
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