Puedo disimularlo, pero no evitarlo. Sería engañarme a mi misma. La ventaja, es que el excaso tiempo libre, colabora en evitar esa sensación. Pero sí, admito, que... echo de menos algunas cosas. ¿Sabes cual es la parte buena de todo esto? Que me he dado cuenta de que no es a ti a quien echo de menos. Simplemente es extraño el vacío que dejan ciertas sensaciones, con esa tendencia suya tan acentuada de apropiarse de sentimientos ajenos. Pero no hablo de las sensaciones que me provocaban tu presencia, en su momento totalmente placenteras eso sí, si no de las que se sucedían en mi interior al darme cuenta de lo capaz que puede llegar a ser el amor para sacar la mejor de nuestras partes.
La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
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