Te necesito aquí. A mi lado. Susurrándome al oído que todo irá bien. Que el equilibrio estará presente. O mejor, me lo dibujas letra a letra en mi espalda. Con la yema de tus dedos... O en el centímetro cuadrado de piel que más rabia te dé. Llevas mucho sin aparecer por aquí, y que me obligues a permanecer tanto tiempo al lado de la soledad me produce por segundos percibir la misma sensación de estar sobre la cuerda floja. Supongo que hoy... Tampoco vendrás a salvarme y una noche más, volveré a imaginarme tus besos y a soñar con tus abrazos.
La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
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