Hay días en los que mi cabeza se vuelve loca y piensa más de lo que debe. Y me agota. Aparte del agotamiento físico, se une el mental. Y sí, estoy completamente segura de que no me equivoqué, que tomé las decisiones correctas, pero en ocasiones todo se da la vuelta y por alguna extraña razón busco tu refugio.
Sé que escribo para el vacío, para la soledad o cómo quieras decirlo porque. No me importa que ni siquiera te pares por aquí unos segundos y prestes atención a los pequeños lapsus de mi estúpida idea de echarte de menos.
Simplemente es una forma de soltar un peso que hace todo un poco más oscuro...
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