Entre el aroma del mejor de los cafés, con la intensidad del su más puro sabor, los últimos recuerdos coleaban en mi cabeza surcando entre dudas y responsabilidades... Siempre presente como el sol que asoma entre las nubes, que tímido ofrece sus rayos a los primeros días de septiembre que se vuelven caprichosamente fríos e inestable.
Alejar la inestabilidad, reto difícil y complicado, pero no imposible. Se volvió en un reto a largo y corto plazo a la vez. Necesario e inquietante... el deseo jugaba a favor y en contra. Las olas mostraban su carácter más feroz y la ausencia me ayudaba a pensar, me hacia compañía mientras las horas avanzaban... fue entonces cuando me di cuenta de lo serio del asunto...
continuará.
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