Supongo que de haberlo sabido, yo también hubiese elegido el camino fácil.
Y ahora no tendría ésta maldita sensación que me come por dentro una vez más...
O quizás no, soy de ese grupo de personas camicaces,
que por muchas piedras que nos encontremos,
no aprendemos nunca,
y continuamos anteponiendo todo a nosotras mismas.
De haberlo sabido,
hubiese dosificado mis sonrisas,
no las hubiese malgastado.
Al menos no me queda la duda de no haberlo intentado,
de no haberme acercado a lo desconocido.
Y cómo no, una vez más, lo he hecho a pecho descubierto...
Aun así, todavía me cuesta pensar que es demasiado tarde...
Aunque siendo sincera, ahora mismo es lo que siento.
Y no, no lo siento.
Me duele más por mi que por ti.
Qué contradictorio todo...
Y si antes dudaba de mis razones,
ahora sé que esas razones,
son motivos para pensar en mí y no en ti.
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