Me conciencé de que no estabas.
También de que no vendrías.
Y ahora que ha llegado Diciembre
el frio se ha vuelto mi fiel compañero.
Aún así, dile a mis ganas,
que dejen de esperarte.
A mi cabeza que deje de pensarte.
Hazle entender a mi piel,
que la tuya jamás se estremeció
de la misma forma.
Que para ti los gestos no eran nada.
Consigue que mi corazón entre en razón, que yo, una noche más, me abrazaré al frío, para susurrarle, que estoy cansada de esperarte.
La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
domingo, 1 de diciembre de 2013
Noches de Diciembre.
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