domingo, 15 de mayo de 2016

Viajes...

Hasta hace poco, pensar en el último viaje me provocaba una profunda punzada en el estómago. El corazón se mantenía al margen, era como si lo hubiese borrado de su base de datos o como quiera que se llame ese espacio en el que guarda tanta información... No sentía. Solamente padecía.
Recordarlo era un enfado constante conmigo misma, con el mundo o no se que con qué...
Nada había sido como había imaginado, había sido un desastre, todo del revés y de la peor forma posible y mi cabeza lo reconocía como el lugar que marcó un antes y un después. El lugar que cambió todo. Eran días de los que no quería hablar. si hubiese podido, seguramente hubiese borrado cualquier signo que hiciese que todo aquello volviese a mi cabeza...
Hasta que un día, el valor me hizo una visita y sucedió. Todo explotó por los aires. Todos los sentimientos salieron de lo más profundo y la historia dio un vuelco.
Entonces entendí que lo único malo de aquellos días fue no aprovecharlos como debía, dándole más tiempo del merecido a algo que ya no dependía de mí. Qué yo ya había hecho todo y más, y que todo lo mal que estaba yendo, no eran más que señales que en aquel momento no entendía pero ahora, sé que todo era para bien.

Ahora aquellos días tienen otro significado y en lugar de ser el momento de caer en picado, simplemente fueron el final de un comienzo mucho mejor, y de que en ocasiones, dejar atrás en el más literal sentido, es la mejor manera de mirar hacia adelante.


domingo, 10 de abril de 2016

Reencontrar el norte.

Domingos de desayuno en la cama,
de ideas revoloteando en la cabeza,
de sol perezoso y frío sin vergüenza.
Domingos de volver a alzar el vuelo y
dejar atrás lo que un día hizo perder el rumbo.
Imposible plantearse una constancia, unas ganas...
Pero es que la vida es esto,
un constante cúmulo de acontecimientos impredecibles y
nunca sabes cuales van a ser las armas que
utilizarás para reencontrar el norte,
siendo en ocasiones,
dejar pasar el tiempo, la mejor de las opciones.
Es entonces cuando llegan los domingos
menos tristes, más productivos.
Domingos en los que la lista de prioridades cambia...
y poco a poco, el gris se va volviendo blanco. 



jueves, 31 de diciembre de 2015

2015.

2015... lo que tengo contigo son un cúmulo de sensaciones encontradas... Se supone que ibas a ser un buen año, no es que hayas sido del todo malo, creo que esperaba más de ti. O eso es lo que me hacía pensar mi superstición de no gustarme los números pares y la suma de tus números era par... eso me hizo pensar que podías ser diferente, mucho mejor, y en muchas cosas me has fallado.

Pero es que nada es lo que parece, y si el año pasado por estas fechas me dicen todo lo que iba a pasar durante estos 365 días, no me lo hubiese creído. Ha sido una montaña rusa, con muchos altibajos y tropezones, pero a la vez, me han hecho levantarme cada vez mucho más fuerte.

Durante los primeros tres meses fue como si pasase de puntillas, eso, o mi memoria de pez vuelve a hacer de las suyas, porque no puedo decir nada relevante de esos primeros 90 días, pero después... todo vino de golpe. 

Creo que has sido el año en el que más he llorado, pero también en el que mejor me he sentido conmigo misma y al fin y al cabo, eso es lo que realmente importa ¿no?. Si ahora echo la vista atrás, me doy cuenta de que me quité ese peso de encima que me impedía ser yo realmente. A veces la vida te hace creer algo totalmente diferente a la realidad, y cuando abres los ojos no hay nada mejor de esa sensación de saber que estás dando de nuevo lo mejor de ti y aunque seguramente el número de cosas mal hechas supere al de las buenas, vivir se trata de hacer lo que te hace feliz, lo que te hace sentir bien, y en aquellos momentos hice lo que sentía que debía de hacer y lo que me apetecía hacer.

Puedo decir que me siento orgullosa de haber dado todo y más en una situación en la que todo iba en dirección contraria, pero no se puede luchar siempre contra viento y marea y menos sin ningún aliciente que te empuje a hacerlo, que compense tu esfuerzo en lugar de ponerte más zancadillas en el camino y ahí es cuando llegó el momento de tomar decisiones. Las más complicadas en mucho tiempo, pero necesarias para poder seguir adelante.

Parece que cerrar puertas te abre otras ventanas y así fue, puede que haya gente que se ha ido, que haya dejado huecos y vacíos que ahora parecen imposibles de cubrir, que duelen y seguirán haciéndolo, porque el corazón no entiende de "te quieros de mentira", pero otras personas han vuelto, y es que cuando una relación, del tipo que sea, realmente es de corazón, el tiempo pone todo en su sitio y todo vuelve a su cauce.

2015, me has vuelto realmente loca con tus altibajos, mucho más de lo que estaba... pero has hecho que cumpliese metas, que me haya levantado tras cada caída y eso que alguna que otra no ha sido pequeña. Has seguido manteniendo a mis pilares fundamentales a mi lado, a toda mi familia y a la segunda familia, la que elegimos nosotros, amig@s que sin ellos las cuestas arriba hubiesen sido totalmente imposibles de subir. Y si todo esto fuese poco, al final tenías el As bajo la manga de traerme trabajo... Por todo esto creo que en el fondo te tendré siempre cariño, al fin y al cabo si todo hubiese sido lineal, sin altibajos, hubieses sido muy aburrido, y lo que importa de verdad se ha mantenido en su sitio.

Pero ahora tenemos que despedirnos, 2016 ya está llamando a la puerta, y no, no espero nada de él, he aprendido que vivir el día a día, disfrutándolo y hacer lo que realmente nos hace felices es lo más importante.




viernes, 18 de diciembre de 2015

Aprendes.

Cuando menos te lo esperas aprendes. Aprendes que no sirve de nada esperar, porque cuando llegan las cosas es justo en el momento en que dejas de esperarlas. Aprendes que cuando realmente le importas a alguien, puede que pasen días, meses, o años sin hablar, que por una cosa u otra hubo una vez que la relación terminó quemándose, pero que tarde o temprano el tiempo vuelve a poner todo en su sitio y a su lado sigue siendo casa porque nada a cambiado. Aprendes que no es malo darlo todo si es lo que realmente te nace. Que quedarse con las ganas solamente servirá para que a la larga termines arrepintiéndote de no haberlo intentado. La vida te pondrá ante situaciones en las que lo más coherente será a su vez lo que más te cueste y más miedo te dé, pero poner punto final es necesario para salir con vida de ese laberinto. Al principio duele, a la mitad y al final seguirá haciéndolo, pero es mejor ese daño que el que te genera continuar luchando por algo que no lleva a ninguna parte. Es mejor hacer las cosas bien, por mucho que cuesten, que hacerlas del revés generando un daño innecesario. Aprendes que todo sucede por algo. Que si una puerta se cierra, se abrirán otras, pero no puedes quedarte de brazos cruzados porque el tiempo vuela y eso es lo único que no vuelve. Aprendes que puedes caerte un millón de veces, pero serán las mismas que te levantarás y cada una de ellas serás fuerte que la anterior. Y todo lo que ahora duele llegará un día en el que simplemente serán motivos para seguir manteniendo la cabeza alta. Que lo mejor que te puede pasar es tener la conciencia tranquila y es lo que te hará escoger la única opción valida, continuar hacia adelante.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Prioridades.

Cuantas más ganas tienes de hacer algo, más conspirará el planeta para que todo se ponga en tu contra y te termine saliendo todo del revés.

Está claro que en la vida, cuando tienes algo que hacer, más que un objetivo que cumplir, no te queda más remedio que ir posicionando prioridades, eso de que "quién mucho abarca poco aprieta" es una de las mayores verdades. Pero si además uno de esos objetivos que tienes que cumplir es estudiar... entonces si que prepárate para posicionar prioridades y olvidarte de muchas cosas que te gusta o quieres hacer...

Evidentemente, este es el caso. Estudiar "me quita" mucho tiempo. Es una de las tareas que más dedicación y empeño requieren, pero si además se trata de estudiar a distancia o por tu propia cuenta, mucho más. Es muy buena, por una parte esa libertad que te da el hecho de no tener unos horarios establecidos, pero esto a su vez, es un arma de doble filo, te desconcentras más, a veces no te pones límites y no cumples lo que te marcas cada día... es algo que requiere mucha, mucha, mucha fuerza de voluntad.

Por eso, se ha convertido en uno de los objetivos primordiales, y he tenido que dejar otros más de lado... Sé que será algo temporal, y que después tendrá su recompensa, pero no puedo evitar "sentirme mal" por no estar más tiempo por aquí, o poder dedicar más tiempo a mejorar mi trabajo, pero todo llega y sin esfuerzo no hay recompensa...