2015... lo que tengo contigo son un cúmulo de sensaciones encontradas... Se supone que ibas a ser un buen año, no es que hayas sido del todo malo, creo que esperaba más de ti. O eso es lo que me hacía pensar mi superstición de no gustarme los números pares y la suma de tus números era par... eso me hizo pensar que podías ser diferente, mucho mejor, y en muchas cosas me has fallado.
Pero es que nada es lo que parece, y si el año pasado por estas fechas me dicen todo lo que iba a pasar durante estos 365 días, no me lo hubiese creído. Ha sido una montaña rusa, con muchos altibajos y tropezones, pero a la vez, me han hecho levantarme cada vez mucho más fuerte.
Durante los primeros tres meses fue como si pasase de puntillas, eso, o mi memoria de pez vuelve a hacer de las suyas, porque no puedo decir nada relevante de esos primeros 90 días, pero después... todo vino de golpe.
Creo que has sido el año en el que más he llorado, pero también en el que mejor me he sentido conmigo misma y al fin y al cabo, eso es lo que realmente importa ¿no?. Si ahora echo la vista atrás, me doy cuenta de que me quité ese peso de encima que me impedía ser yo realmente. A veces la vida te hace creer algo totalmente diferente a la realidad, y cuando abres los ojos no hay nada mejor de esa sensación de saber que estás dando de nuevo lo mejor de ti y aunque seguramente el número de cosas mal hechas supere al de las buenas, vivir se trata de hacer lo que te hace feliz, lo que te hace sentir bien, y en aquellos momentos hice lo que sentía que debía de hacer y lo que me apetecía hacer.
Puedo decir que me siento orgullosa de haber dado todo y más en una situación en la que todo iba en dirección contraria, pero no se puede luchar siempre contra viento y marea y menos sin ningún aliciente que te empuje a hacerlo, que compense tu esfuerzo en lugar de ponerte más zancadillas en el camino y ahí es cuando llegó el momento de tomar decisiones. Las más complicadas en mucho tiempo, pero necesarias para poder seguir adelante.
Parece que cerrar puertas te abre otras ventanas y así fue, puede que haya gente que se ha ido, que haya dejado huecos y vacíos que ahora parecen imposibles de cubrir, que duelen y seguirán haciéndolo, porque el corazón no entiende de "te quieros de mentira", pero otras personas han vuelto, y es que cuando una relación, del tipo que sea, realmente es de corazón, el tiempo pone todo en su sitio y todo vuelve a su cauce.
2015, me has vuelto realmente loca con tus altibajos, mucho más de lo que estaba... pero has hecho que cumpliese metas, que me haya levantado tras cada caída y eso que alguna que otra no ha sido pequeña. Has seguido manteniendo a mis pilares fundamentales a mi lado, a toda mi familia y a la segunda familia, la que elegimos nosotros, amig@s que sin ellos las cuestas arriba hubiesen sido totalmente imposibles de subir. Y si todo esto fuese poco, al final tenías el As bajo la manga de traerme trabajo... Por todo esto creo que en el fondo te tendré siempre cariño, al fin y al cabo si todo hubiese sido lineal, sin altibajos, hubieses sido muy aburrido, y lo que importa de verdad se ha mantenido en su sitio.
Pero ahora tenemos que despedirnos, 2016 ya está llamando a la puerta, y no, no espero nada de él, he aprendido que vivir el día a día, disfrutándolo y hacer lo que realmente nos hace felices es lo más importante.