Nos empeñamos en hacer responsables a los demás de nuestro estado de ánimo. Si ellos actúan, hacen, o dicen, son los mejores, porque en nuestra cara se dibuja una sonrisa automática, pero si por el contrario no nos agrada, nos encanta hacerles responsables de tener un día de mierda.
Si obtenemos respuestas, es porque nos empeñamos en buscarlas sin parar a pensar que hay el mismo tanto por ciento de que nos guste como de que no nos guste. ¿Pero por qué no nos gusta? Por que nuestra cabeza va por libre, pisa el acelerador y avanza en soledad, se crea su mundo paralelo, en el que todo es a nuestro antojo y la película está plagada de felicidad. Pero la realidad no es esa... la realidad está plagada de actos y consecuencias, de recompensas y puñaladas, de respuestas buenas y respuestas malas.
De ganancias y pérdidas...
Si tenemos un dia regular.. una mala cara puede hacerlo mucho peor.. o un dia maravilloso.. al final, la decisión y nuestra reaccion solo dependen de nosotros
ResponderEliminarun abrazo