viernes, 8 de julio de 2011

Demasiado.



Pudiste estar en un punto privilegiado, y tan exclusivo que no había sido ocupado jamás por nadie. Y no hablo de una perspectiva diferente, no. En el mismo término pero mucho más avanzado. Siempre quisiste destacar en todo, no sé si es algo innato o que lo implica el hecho de la autoprotección. Quizás he sido yo quien no ha sabido estar a la altura en la que se encontraban tus aspiraciones o conceptos, algo que por lo que se ve, si ha sabido hacer quien o quienes en su día se encargaron de hurgar en las heridas.





Ahora mismo tampoco es que me interese. Que duela ya es tema aparte. Quisimos nuestro propio espacio y decidiste retroceder... o avanzar, según como se mire. El caso es que la verdadera protagonista en este momento es la distancia. Demasiada como para que quepa en el olvido, para que por mucho que intentes acortarla pueda hacer una interpretación creíble de que todo está como en el punto del principio. He tenido la oportunidad en la palma de mi mano de tirar del hilo... pero sé el final. El mismo de siempre. Conozco los resultados, nada sirve de nada. Rabia, dolor, pena, decepción... no sé, no importa. Estás lejos. Demasiado.


1 comentario:

  1. "que envidiosa la distancia"... Siempre nos quiere ganar la partida.

    Besitos!

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