domingo, 24 de abril de 2011

Huele a rutina.

Una mochila que guarda carpetas repletas de folios, inundados de letras que comunican sobre como fueron las diferentes etapas del arte o sobre como tienes que componer las diferentes partes de una identidad corporativa, un archivador que esconde tus ilustraciones más secretas, hasta las que incluso te avergüenzan, un estuche lleno de color, lápices, bolígrafos, rotuladores... que esperan con ansia deslizarse sobre el papel y exponer tu creatividad, ropa limpia que mantiene la espera sobre la mesa, nubes en el cielo, reencuentros, adios al aburrimientos, hola al extres, poco dormir y mucho que hacer. 













Huele a rutina.

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